Introducción
La
iglesia en Corinto era una comunidad diversa, con creyentes que venían de un
trasfondo pagano y otros más estrictos en sus convicciones. Algunos
argumentaban que, como cristianos, tenían libertad para hacer cualquier cosa.
Sin embargo, Pablo advierte que no todo lo permitido es beneficioso o
edificante.
Es
importante entender que la libertad en Cristo no es una excusa para el
libertinaje o la indulgencia en prácticas pecaminosas. Más bien, es una llamada
a vivir en santidad, reflejando el carácter de Cristo en todas las áreas de la
vida. Esta libertad se manifiesta en la capacidad de amar y servir a los demás,
poniendo sus necesidades por encima de las propias, y buscando siempre
glorificar a Dios en cada acción.
En
nuestra sociedad actual existen una serie de prácticas controversiales que
afectan a los creyentes. Por ejemplo, hay diferencias de opiniones entre
cristianos en cuanto al vestir, la música y algunos entretenimientos. Estas
prácticas “dudosas“ causan controversia entre cristianos porque algunos las
consideran permitidas, mientras otros creen que no se deben practicar. Siempre
existirán diferentes opiniones en cuanto a cosas específicas que la Biblia no
prohíbe.
Pero
veamos específicamente que decía Pablo acerca de este tema en 1 Corintios
10:23 "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito,
pero no todo edifica."
Este
versículo es parte de un contexto más amplio en el que Pablo habla sobre la
comida sacrificada a los ídolos y la importancia de actuar con amor y
responsabilidad hacia los demás creyentes.
1. Libertad
con responsabilidad
La
frase "todo me es lícito" no significa que los creyentes pueden hacer
cualquier cosa sin consecuencias, sino que existe un grado de libertad basado
en la gracia. Sin embargo, esta libertad no es absoluta. Pablo reconoce que los
creyentes tienen libertad en Cristo, pero advierte que esa libertad no debe
usarse de manera egoísta o irresponsable. Más bien, debe ejercerse teniendo en
cuenta el bienestar y la edificación de los demás.
A. Aunque
tenemos libertad, esta no significa que todo lo que hacemos es bueno o
beneficioso. Pablo reconoce que algunas cosas pueden ser permisibles, pero no
todas son beneficiosas. La conveniencia se mide en términos espirituales,
morales y prácticos. Lo que es legal o permitido no siempre es lo mejor para el
crecimiento personal y la vida cristiana.
B. La
verdadera libertad en Cristo debe ejercerse con sabiduría, evitando caer en
excesos o abusos que puedan alejarnos de Dios. No todo lo que es legal o
permitido es necesariamente beneficioso o edificante.
Gálatas
5:13:
"Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no
uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a
los otros."
Romanos
14:13: " Así que, ya no nos juzguemos más los unos a
los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al
hermano. "
Ahora
hagámonos la siguiente pregunta, ¿cómo afectaría a otros?
2. El
amor al prójimo como guía
Pablo
nos insta a considerar cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás. Si
bien podemos tener la libertad de hacer ciertas cosas, si esas acciones pueden
dañar o hacer tropezar a otros creyentes, entonces no son convenientes ni
edificantes. El amor al prójimo debe ser nuestra principal guía al ejercer
nuestra libertad.
“La
libertad cristiana es lo más real del mundo; pero debe usarse para ayudar, no
para ofender a los demás, Tenemos obligaciones para con nosotros mismos; pero
las mas sagradas son las que afectan a los demás” (Barclay,1999 , 634)
A. Nuestras acciones deben estar motivadas por el
amor al prójimo y buscar su bien. La consideración hacia otras personas debe
ser un principio que controle su vida. Hoy en día, hay costumbres o actividades
que para unos son buenas, pero para otros son malas
B. No debemos usar nuestra libertad de manera que
causemos daño o tropiezo a otros, el amor limita mi libertad cristiana hasta dónde
llega la del otro hermano. Por consideración a mi hermano yo me limito.
1
corintios 8:9: "Pero mirad que esta vuestra
libertad no venga a ser tropezadero para los débiles."
Filipenses
2:4:
"No mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los
otros."
Transición: Por
lo que debemos tener claro que el impacto de nuestras acciones en los demás
importa
3. La
edificación del cuerpo de Cristo
Pablo
nos llama a usar nuestra libertad de manera que edifique el cuerpo de Cristo,
la iglesia. Esto significa que nuestras acciones deben promover el crecimiento
espiritual, la unidad y el bienestar de la comunidad cristiana. No debemos
centrarnos solo en nuestros propios deseos o beneficios, sino también en cómo
podemos contribuir al fortalecimiento de la iglesia.
A. Nuestras
acciones deben contribuir a la edificación de la iglesia y al crecimiento
espiritual de los creyentes. Algunas acciones pueden hacer tropezar a otros
creyentes, especialmente a los nuevos en la fe. Ser consciente de esto es una
muestra de amor y madurez espiritual. “Tal vez no nos demos cuenta, pero es
probable que un hermano más nuevo o más débil se esté fijando en nosotros, y
estamos obligados a ser el ejemplo que fortalezca al débil y confirme al
vacilante y libre de caer al tentado” (Barclay,1999 , 634)
B. No
debemos buscar solo nuestro propio beneficio, sino también el de los demás y el
de la comunidad cristiana en general. El comportamiento de un cristiano impacta
su testimonio. Lo que se hace en la libertad debe reflejar a Cristo y atraer a
otros a la fe, no alejarlos.
1
corintios 14:26: "Hágase todo para
edificación."
Efesios
4:12:
"A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo."
Estos
versículos enseñan que, aunque somos libres en Cristo, debemos evaluar nuestras
acciones según su conveniencia y efecto edificante, evitando ser dominados por
aquello que podría apartarnos de Dios.
El
objetivo último de nuestras decisiones debe ser la edificación de la iglesia y
la glorificación de Dios. Pablo concluye este pasaje con una directriz clara en
1 Corintios 10:31: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios". Este principio nos guía a evaluar nuestras
acciones no solo en términos de permisibilidad, sino también en cómo
contribuyen al fortalecimiento espiritual de otros y cómo reflejan la gloria de
Dios en nuestras vidas. Esto significa que debemos vivir de manera que honre el
nombre de Dios y el testimonio cristiano. No debemos hacer nada que pueda traer
vergüenza o descrédito al evangelio.
Por
ello debemos reflexionar profundamente sobre el ejercicio de nuestra libertad
en Cristo. Si bien hemos sido liberados de la esclavitud del pecado, esta
libertad viene acompañada de una responsabilidad hacia nosotros mismos, hacia
nuestros hermanos en la fe, y hacia Dios. Nuestras decisiones deben ir más allá
de lo que es lícito y considerar lo que es beneficioso, edificante y
glorificador para Dios. Al hacerlo, vivimos una libertad que no solo nos
enriquece personalmente, sino que también fortalece a la comunidad de creyentes
y honra al Señor en todas nuestras acciones.
·
William Barclay. 1991. Comentario al Nuevo
Testamento. Editorial Clie
·
Reina Valera. 1960. Santa Biblia.
Sociedades Bíblicas unidas
·
Matthew Henry, 1992. Comentario Bíblico.
Editorial CLie
·
Gotquestion.org, 2025, accedido el 01 de
febrero de 2025, https://www.gotquestions.org/Espanol/todo-me-es-licito.html
·
Gotquestion.org, 2025, accedido el 01 de
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