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La Integridad Familiar

"Entenderé el camino de la perfección Cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa".  Salmos 101:2

El término integridad deriva de la palabra de origen latino integrĭtas o integrãtis, que significa totalidad, también significa intacto, entero, no tocado o no alcanzado por un mal

La persona íntegra tiene un carácter irreprochable, con motivaciones puras. Es una persona que no tiene corrupción, es pura, completa y unificada en espíritu, alma y cuerpo. El hombre y la mujer íntegros hacen lo que dicen, aun cuando están a solas.

Ahora bien, miremos la integridad desde el punto de vista familiar. Mi familia es integra, lo que mostramos como familia ante los demás es lo que verdaderamente somos, Mi familia no ha sido alcanzada por el mal

Pero a la luz de la palabra como debe ser la integridad familiar?


1. La integridad Familiar es responsabilidad de todos los miembros que componen la familia:
  • En la actualidad muchas familias viven mas no conviven y cada uno anda por su lado sin saber qué hace el otro y esto es abrir puertas para que entre el mal a nuestra casa pues estamos en desunión, divididos; como dice la palabra en marcos 3:25 "y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer". 
  • La crianza de los hijos es responsabilidad de Padre y Madre, en muchas familias la crianza de los hijos es dejada solo a la madre, o en ocasiones cuando no esta ninguno de los dos a un familiar o a una persona desconocida.

2. Para que exista integridad familiar primero debe existir integridad personal:

  • "Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear. Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón". Salmos 26:1-2.
  • Cuantos veces mostramos una integridad falsa en nuestro hogar por ejemplo les decimos a nuestro hijos vete para tu habitación que este programa no es para ti, ¿pero lo es para nosotros?, Les enseñamos a decir mentiras y después los castigamos porque son mentirosos
  • Cuantas veces no hemos contaminado nuestros hogares por tener una mentalidad errónea, pues llamamos a lo bueno malo y a lo malo bueno. Hemos cambiado la verdad de Dios por mentiras absurdas, que el hombre ha inventado para justificar su pecado, hechos vergonzosos, pasiones desordenadas, y actos contra la naturaleza divina.
  • Queremos que nuestros hijos amen a Dios pero primero deben ver el ejemplo en nosotros primero

3. Para exista integridad no debo tolerar el pecado en mi casa:
  • "No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí" Salmos 101:3
  • Debemos reconocer nuestros pecados y fallas como familia, corregir a tiempo y sobre todo arrepentirnos de corazón, nuestra preocupación y especialmente a nosotros los hombres de la casa como sacerdotes velar por estado espiritual de nuestra esposa e hijos.
Para terminar quisiera recordarles lo que dice el  Salmo 19:12-13 "¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.", 

La integridad es algo fundamental en nuestra vida familiar y mas como hijos de Dios. El hogar es el primer lugar donde debemos practicar la integridad, asumiendo nuestra responsabilidad y esforzándonos por hacerlo con excelencia. Una familia que vive íntegramente delante de Dios a su tiempo producirá prosperidad. Igualmente la familia que vive corruptamente a su tiempo producirá pobreza.

Es imposible vivir de forma corrupta y esperar que nuestros hijos sean integros. Los hijos generalmente siguen los pasos de sus padres, por esta razón todo hombre y mujer debe pensar muy bien en sus decisiones, sabiendo que van a afectar positiva o negativamente a sus generaciones.

Si no has sido un hombre o una mujer enteramente íntegro(a), comienza por reconocerlo y pedirle perdón a Dios. Busca un Líder espiritual confiable y confiesa tu debilidad para que los guíe en el proceso de restauración de la integridad como hijos de Dios.