Roberto
parecía tenerlo todo —un excelente matrimonio, dos hijos pequeños y un trabajo
estable. Él y su familia vivían en un
buen vecindario y eran muy activos en su iglesia local, en donde él participaba
en el ministerio musical.
Él
siempre trabajaba largas horas, tanto en la oficina como en la casa pero, en
estos últimos meses, Enrique había empezado a mostrar síntomas de
cansancio. Su esposa e hijos lo notaban
distante, irritable y deprimido y él pasaba cada vez más y más tiempo frente a
la computadora. Con frecuencia él se
perdía de asistir a las reuniones familiares aduciendo que tenía que trabajar. Hasta sus compañeros de trabajo se dieron
cuenta de un cambio negativo en su humor, su eficiencia y su
productividad. Enrique ya no era el
mismo de antes.
Una
noche, ya tarde, todo su mundo se le vino abajo a Roberto cuando Andrea su hija
de 11 años, se le acercó y vio que él estaba viendo por Internet un video de un
hombre y una mujer en plenos actos sexuales.
Llena de horror, Andrea corrió donde su madre y le contó todo y, de esta
manera, su familia, desilusionada de inmediato, tuvo que enfrentar una dura
realidad.
Trágicamente,
la situación de Roberto no es única.
Aunque la pornografía ha existido a través de los siglos, el problema de
la adicción a la pornografía ha crecido de forma impresionante en estos últimos
años, principalmente, por su desmesurada presencia en el Internet
Para entender que es la pornografía primero
debemos conocer su definición y es que el término
pornografía procede del griego: πορνογραφíα, porne es "prostituta" y
grafía, "descripción", es decir, escritos sobre prostitutas designa en origen, por tanto, la descripción de las prostitutas y, por extensión, de las actividades propias de su trabajo.
Existe otro término relacionado y
es porneia (fornicación, inmoralidad, vicio sexual).
Esta es una palabra genérica en griego, que cubre todas las formas de la impureza
sexual. Originalmente, significaba “actuar a la ramera” y luego “para complacer
la lujuria ilícita”
Modernamente se entiende por
pornografía como la descripción o exhibición abierta y cruda de actos sexuales en
literatura, cine y fotografía, entre otros medios de comunicación con el fin de
provocar la excitación sexual del receptor.
El doctor Patrick Carnes, quien en 1983 fue el primero que propuso la idea de que una persona puede volverse adicta al sexo, dice que la adicción a la pornografía por Internet es “como el crack de la adicción sexual”. Así como sucede con el crack, al usuario del Internet no le toma mucho tiempo volverse adicto y eso se convierte en realidad en muy pocas semanas. Y, así como sucede con el crack, el ver pornografía por Internet en forma constante crea un ciclo de adicción muy fuerte el cual es extremadamente difícil de romper sin la ayuda de Dios y un experto.
El doctor Patrick Carnes, quien en 1983 fue el primero que propuso la idea de que una persona puede volverse adicta al sexo, dice que la adicción a la pornografía por Internet es “como el crack de la adicción sexual”. Así como sucede con el crack, al usuario del Internet no le toma mucho tiempo volverse adicto y eso se convierte en realidad en muy pocas semanas. Y, así como sucede con el crack, el ver pornografía por Internet en forma constante crea un ciclo de adicción muy fuerte el cual es extremadamente difícil de romper sin la ayuda de Dios y un experto.
El siguiente vídeo es realizado por Josh McDowell Ministry y nos muestra la cruda realidad acerca de la pornografía
Algunos de los efectos devastadores de la pornografía:
1. Destruye la confianza y la intimidad dentro de la relación de la pareja y, con frecuencia, conduce al desenlace del matrimonio en sí.
2. Crea obstáculos para una verdadera comunicación y una interacción personal con el cónyuge y con los demás.
3. Estimula en el adicto a la pornografía una visión distorsionada de la sexualidad que le puede ocasionar el deseo de comportarse de una manera más riesgosa, perversa y hasta criminal.
4. Esto aparta a la persona de la vida familiar y de su relación con Dios y establece un patrón destructivo para sus hijos.
La adicción a la pornografía es una epidemia que ha ido creciendo en la era del Internet. Algunos estimados dicen que cerca de un 50% de los hombres que asisten a la iglesia hacen uso de la pornografía, una cifra que no difiere mucho del porcentaje de uso entre la población masculina adulta en general.
Para Robert Peters, presidente de Morality in Media, el Internet es el factor principal en el incremento del uso de la pornografía.
Peters dice: “cuando hablamos del Internet, generalmente se mencionan tres cosas: el acceso, la capacidad de pago y el anonimato. Algunas veces yo agrego una más: la
adicción. La pornografía es adictiva en cualquier medio, pero cuando a uno se le presentan tantas oportunidades con sólo apretar un botón en el teclado y uno es tan astuto que logra esconder todo esto de los demás, entonces es muy fácil para la persona alimentar la adicción
a la pornografía”.
Estos factores también facilitan el acceso de los niños y de los adolescentes a la pornografía, según lo manifiesta el doctor Richard Fitzgibbons,
director del Institute for Marital Healing, ubicado cerca de Filadelfia.
“Desafortunadamente, los niños que están en las escuelas primarias y secundarias pueden, a una tierna edad, crearse un gran y horrible problema con la pornografía”, dice Fitzgibbons.
“Ellos asisten a la escuela y conversan con sus amigos acerca de estos sitios pornográficos. Si no fuera por el Internet, estos muchachos no estarían tan sumergidos en ese mundo de fantasía”.