TOP

Un Mensaje a los Padres

Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová." 

Josué, el conocido líder del Antiguo Testamento, fue un hombre decidido. Sabía quién era y cuáles eran sus responsa­bilidades. Se plantó ante los hombres espiritualmente medio­cres de Israel y declaró su incondicional compromiso ante Dios como el líder de su familia.La Palabra de Dios nos está llamando a «ponernos de pie» para y marcar un nuevo sendero de fidelidad para nuestros hijos y para las múltiples generaciones que vendrán.

Todos hemos cometido infinidad de errores. Todos hemos tropezado de muchas maneras, pero la misericordia de Dios es mayor que nuestro pasado y  jamás es demasiado tar­de para comenzar a hacer lo  correcto.  


1 Corintios 16:13 ;"Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos"

Tu matrimonio es tu responsabilidad

Nosotros somos los principales responsables del éxito de nuestro matrimonio. Muchísimos hombres son como Adán luego de pecar en el Edén, y culpan a su esposa por sus propios errores. Es suma­mente raro que una esposa desee dar por terminado su matri­monio si el esposo la lidera correctamente y la ama de manera incondicional. Aunque haya algunas mujeres que neciamente derriban su casa y su matrimonio (Prov. 14:1).


Tus hijos son tu responsabilidad (Efesios 6:4)


·   Tanto las Escrituras como las estadísticas transmiten con claridad que no hay una persona más influyente en la vida de un niño que su padre. Aunque las mamás son invalorables, irreemplazables y sumamente necesarias, no fueron hechas para ser hombres ni para cumplir el rol de padre. Dios ha capacitado al padre para que provea un tipo especial de dirección, protección y afirmación que una madre jamás podrá proveer sola.

·     La ausencia del padre afecta la salud física y emocional de los hijos.

·     Nuestra sociedad fomenta una permanente infantilidad en los muchachos, mientras que obliga a las niñas a convertirse en mujeres antes de estar preparadas.

·   Desde el principio, Dios creó la paternidad con un propó­sito eterno: revelarse y representarse a sí mismo.

·    Todo padre humano ha sido llamado a ser una diaria representación física de Dios para sus hijos. Presentar a Dios a la generación siguiente es el rol de cada padre. Cuando un niño mira a su padre terrenal, debería ser capaz de ver en él las cualidades divinas. Como Dios, un padre debería ser: un amoroso proveedor , un fuerte protector, un líder confiable, una autoridad respetable, un íntimo amigo


Siete cosas que arruinan la paternidad

1. Los nacimientos ilegítimos: Esta es la primera y princi­pal causa de la falta de padres.

2. El divorcio: Antes, las parejas permanecían juntas por el bien de los hijos. Pero la generación actual está convencida de que los hijos estarán mejor si sus infelices padres se divorcian. Las estadísticas revelan lo contrario.

3. El trabajo: Hoy, si un hombre no aprende a decir «no» cuando conviene, sus prioridades laborales lo apartarán siste­máticamente de sus hijos.

4. El esparcimiento: El hombre de hoy pasa más tiempo viendo televisión o navegando por Internet que manteniendo una conversación significativa con sus hijos.

5. El movimiento feminista: Este movimiento ha declara­do abiertamente que uno de sus principales objetivos es des­mantelar toda forma de patriarcado o liderazgo masculino en la familia o el hogar.

6. Los medios de comunicación anti-padres: Hoy, los padres de la TV son continuo objeto de burla por parte de esposas más inteligentes e hijos irrespetuo­sos. Suelen ser graciosos, pero a la vez pervertidos, egoístas

7. Nuestros padres imperfectos: El factor que más influye en nuestra comprensión y apreciación de la paternidad está liga­do al desempeño de nuestros propios padres. Los hombres tienden a emular a su padre. De ahí que sea frecuente que los errores del padre se repitan y pasen potenciados a la vida de sus hijos.

Se necesitan hombres que enseñen pureza sexual a sus hijos e hijas para que no haya más niños que lleguen al mundo sin padres casados. Necesitamos hombres que se aferren a sus votos matri­moniales y clamen por la ayuda de Dios para amar a su esposa en vez de darse por vencidos en los momentos de dificultad. Necesitamos hombres que se nieguen a sacrificar a su fami­lia a costa de un ascenso en el trabajo. Hombres que no permi­tan que el esparcimiento consuma su tiempo e insensibilice su conciencia. Hombres que se manifiesten en contra de las leyes y las filosofías que están destruyendo la familia. Hombres que perdonen a sus padres, que rompan las cadenas del pasado y establezcan nuevos principios. Hombres que oren por sus pas­tores y por un avivamiento en sus iglesias, y que tomen decisio­nes que fortalecerán a la próxima generación.




Apartes tomados del Libro La resolución para Hombres